Entre las ventajas que poseen se encuentra la gran capacidad de almacenamiento, la ligereza y la ecología.Sus contras son el 21% de IVA que poseen y el daño causado por la piratería.Cada vez son más las aplicaciones que apuestan por las bibliotecas virtuales como Amazon, Bubok o Nubico.Visualiza y descárgate la edición impresa publicada con el 20minutos.

Los lectores de libros electrónicos basados en pantallas monocromas de tinta electrónica aparecieron por primera vez en los años noventa, pero con un éxito escaso y un elevado precio.
Durmieron en los cajones de lanzamientos tecnológicos pendientes de su cuota de marketing durante casi una década, hasta que Amazon los resucitó justo antes de que llegase la fiebre de las tabletas con el lanzamiento del iPad. Así pues, cuando parecía que su momento había llegado, se topaba con un rival que lo superaba en todo... o casi.
Sin embargo, los e-readers (lectores de libros digitales) han resistido, haciéndose un hueco en el mercado. Son compactos, ligeros, relativamente asequibles y se pueden leer perfectamente bajo cualquier circunstancia, algunos incluso sin luz. La clave es su pantalla de tinta electrónica que, además de permitir una gran autonomía de varias semanas o meses, también ofrece una legibilidad mucho mejor que la de cualquier pantalla de una tableta.
Los libros electrónicos ofrecen muchas ventajas: son más ligeros que cualquier equivalente en papel, ecológicos, fáciles de usar y algunos permiten descargar libros de forma inalámbrica en casi cualquier momento o lugar.
Claro que también tienen algunos detalles a mejorar. El primero y más polémico es el 21% de IVA que se les aplica como dispositivos electrónicos -ciertamente lo son, pero no los libros-, frente al 4% que pagan sus hermanos de papel. Lejos de acercar posiciones, este punto va camino de enquistarse y convertirse en un argumento defensivo para aquellos que piratean e-books.
El DRM o gestión de derechos digitales es otra de las espinas, similar a lo que ocurre en el mundo de la música. Los libros digitales pueden tener o no DRM pero, a todos los efectos, cualquier publicación digital es susceptible de ser pirateada. Mientras la mayoría de las librerías digitales ofrecen catálogos con notables ausencias y a precios poco atractivos, los almacenes ‘no oficiales’ disponen de casi cualquier título, incluso de muchas ediciones realmente complicadas de encontrar en una librería de calle.
Lo habitual en un libro electrónico es que cuente con una pantalla de tinta electrónica con 16 niveles de gris, que ofrecen una mejor legibilidad en exteriores, incluso a pleno sol en la playa. Algunos modelos integran una iluminación interior para leer sin luces adicionales. También existen dispositivos con pantalla táctil, aunque no es tan imprescindible como en una tableta. Normalmente cuentan con un mínimo de 2 GB de capacidad, lo que equivale a unos mil libros almacenados, pero la mayoría amplía su memoria con tarjetas micro-SD.
La autonomía media se sitúa en un mes sin necesidad de enchufarse, leyendo todos los días entre dos y cuatro horas, así que es uno de los gadgets más independientes e ideales para las vacaciones.
Aunque nada puede sustituir el tacto y la experiencia del papel, los e-readers son más ecológicos, ya que reducen la tala de árboles -así como la contaminación asociada a la fabricación, distribución e impresión-. Además, ofrecen ventajas como llevar miles de libros en menos de 200 gramos; poder adaptar el tipo y el tamaño de la letra a las necesidades del lector, así como complementarse con diccionarios.
También cuentan con aplicaciones de subrayado, notas, marcadores o búsquedas de textos que pueden ser de gran utilidad más allá de la lectura de ocio. Los modelos con Wi-Fi son completamente independientes de los ordenadores para descargar nuevos títulos.
Los libros electrónicos permiten la lectura de distintos formatos (PDF, ePub, mobi, txt, etc.), aunque no son siempre compatibles entre sí con los diversos dispositivos. Una de las herramientas que solucionan esta torre de Babel se llama Calibre y es un programa que no solo gestiona bibliotecas virtuales con efectividad, también es capaz de convertir libros de un formato a otro (entre los más usados) para que puedan leerse en cualquier e-reader.
Cabe destacar la importante labor que ha desarrollado Amazon en este campo y, además, ha sabido jugar muy bien sus cartas. Originalmente concebida como una librería online que vendía libros de papel a precios muy competitivos, ha sabido evolucionar y crear una completa plataforma de lectores y libros electrónicos que ofrecen al usuario una solución integral a su afición. Tanto es así que Kindle no solo funciona como e-reader, también es una app para móviles y tabletas Android, iOS y Windows que permite leer los libros de la biblioteca personal sincronizada en cualquier momento y lugar.
Amazon: Muy completa y cómoda, cubre todos los géneros en varios idiomasy con multitud de clásicos gratuitos. Por menos de2 euros se puede adquirir un libro con Flash, una oferta diaria a la que acceder enun solo clic.
Gutenberg: Más de 45.000 títulos gratuitos legales en distintos idiomas. La web no es la más atractiva de todas, pero ofrece la oportunidad de no pagar un solo euro, un punto muy positivo.
Nubico: Ofrece una tarifa plana mensual, que resulta perfecta para aquellos devoradores de libros. Por 9 euros al mes, la opción premium de Nubico permite acceder a todo un catálogo de más de 5.000 volúmenes sin tener que pagar ni un euro más.
Bubok: Interesante plataforma con casi 80.000 libros de diversas categorías que cuenta con un servicio de publicación. No es la única web que lo ofrece, pero Bubok dispone de extras como impresión en papel para los más clásicos.
Kobo: Kobo no solo ofrece buenos dispositivos, sino también cuatro millones de e-books que se encuentran en su plataforma. Cuenta con una gestión de su biblioteca simpley cómoda, con una categoría que ofrece títulos por menos de 5 euros. Con acceso desde aplicaciones de iOS y Android.
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